Frente a un gigante invisible
Y otra vez la pregunta: ¿Quién pudiera imaginar que esta tormenta catastrófica, aquel gigante invisible se saldría con la suya?, con su capricho de generar estragos, originar psicopatía en los hombres; al menos así fue cuando en marzo del año dos veces veinte llegó aquella silenciosa tempestad.