Bolivia y la crisis político-social nacional - regional de los últimos tiempos
Además de la inevitable degradación humana del siglo XXI en el mundo entero
Es lunes, 21 de octubre del 2024. Después de una inesperada peripecia, sin más problema, me encuentro sentado en la sala de espera del aeropuerto en la ciudad de El Alto; A horas 14:05 es el despegue del avión, para lo cual, con media hora de anticipación debo abordar el vuelo seis uno tres (613), con destino a la ciudad de Cochabamba. Hasta mientras, de por sí a mí memoria viene la imagen de un personaje que realzó en mi carrera como escritor hace ya más de veintidós años, cuando todavía me hallaba sentado en aulas de un colegio, aprendiendo, ya se imaginarán qué.
Para
muchos de mis compañeros en el curso, considerado el “filósofo loco”, el
“soñador perturbado” con ser “escritor”, el “visionario con la
cabeza girada” solo por mostrarles el cuaderno donde graficaba a aquel gran
ser humano de mi mente. Curiosamente ahora muchos de aquellos quienes fueron
mis “compañeritos de curso”, incluso quienes fueron mis profes, aquellos que se
burlaban de mi cuaderno, me alagan con comentarios de sentirse orgullosos por
haberme tenido a mí como compañero de curso, o como su alumno, ahora escritor
visionario no solo con ese libro publicado, sino otros más.
Pero,
regresando a la vida de mi primer personaje, jamás olvidaré su fisonomía,
aquella sencilla manera de comunicar sus ideales, su filosofía integracionista;
con el único objetivo de salvar a la humanidad de una dependencia degradante.
Sin embargo, en el camino de pregonar aquella filosofía, sus enemigos al
sentirse aludidos, al notar que sus intereses devoradores a costa del esfuerzo
de las familias vulnerables, terminan
con él. Así está escrito en el libro que lleva su nombre.
Es esta la historia de Don Pedro Ramírez Guzmán, un aficionado hacendado, posteriormente el legado es seguido por su hija María Ramírez Bustamante; pero, ¿qué opinión tuvieran él, o ella, sobre los acontecimientos casi catastróficos de estos tiempos provocados por acción humana desde diferente ángulo, si ellos seguirían con vida?
Seguro se lamentarían, hasta quizás se desgarrarían
de sus vestiduras con lágrimas que se desbordan desde sus almas, al ver tanta
creciente maldad del hombre contra el mismo hombre y su Casa Común, el Planeta
Azul, desde diferente ángulo, a veces en conglomerado, en masas sin
discernimiento al consumar semejante absurdez, solo por apetitos no concedidos
a un empedernido, a un individuo atroz como el mismo Demonio; pero, apostado en
el país.
Bolivia
en particular, en estos últimos tiempos está afrontando situaciones aberrantes
de crisis social en diversa naturaleza regional, aún más, cuando se trata de la
nacional.
Surgieron
personajes, uno en particular con ansías de poderío gubernativo, con ideas
torcidas de un mejor manejo político a la actual administración de la nación. De
ese modo se consuman posiciones y contraposiciones, al punto de llegar a
afrentas vandálicas, caos, incluso con la intención de ver cadáveres tirados por
los suelos, estos cubiertos no por tierra propiamente, sino por el polvo de la
enajenación, el viento de la discordia al final; para luego echarse culpas,
arrojarse las pelotitas de la desacertada acción consumada unos a otros.
Seguro
si esto viera don Pedro, o María su hija, llorarían hasta la inconsciencia, hasta
que la vista se les nuble de impotencia al palpar esta atrocidad humana
deshumanizada de uno en pleno siglo XXI.
Es
lamentable la ambición de unos cuantos, en especial de aquel individuo a la
cabeza sobre un magno conglomerado nacional. Tanto daño le hace al país, a
familias enteras, solo por no conseguir su objetivo de poderío político total,
y seguir sirviéndose a costa del sacrificio de manos bolivianas, de familias
humildes vulnerables, a quienes les maneja como si fueran objetos manipulables
para cumplir sus caprichos afanosos de más poder sobre todos.
Al
inicio, hace ya más de una década y medio, la mayoría de masas humanas pusieron
su esperanza en él, creyeron que sería un líder recto, con visión de un mejor
país desde su liderazgo; claro, sus primeros pasos se encaminaban en esa línea,
pero con el trascurrir del tiempo se fue difuminando aquél “liderazgo”, al
punto de transformarse en simple utopía, y aquél llamado líder, poco a
poco se fue quitando la máscara de liderazgo, en su lugar más bien llegando a
mostrar su verdadero rostro, el de interés personal a costa de quienes le seguían
como ovejas al matadero; convirtiéndose en un implacable ser de la oscuridad
por verse empañado en acusaciones de lesa humanidad, incluso a nivel
internacional enfrascado en delitos de los que no quiere argüir. Es ese lado
oscuro el que a costa de todo trata de esconder en espaldas de aquellas
familias vulnerables, obligándolas a acciones en contra de su voluntad, sin
importar las consecuencias que vayan a enfrentar después.
Ahora,
sencillamente nos encontramos en un caos nacional por no consumarse aquella
ambición, peleados unos contra otros, reñidos un sector contra otro grupo con
distinto argumento. El país entero y sus conglomerados con visiones distintas,
lamentan por estos aconteceres, se dan golpecitos en la espalda queriendo
encontrar respuesta al, de cómo dejaron suceder aquella afrenta. Después de
todo ¿Cómo regresar a un estado de paz y tranquilidad nacional? Mientras que
familias enteras siguen lamentando, por poco y no llorando al verse en la
devastadora realidad. Y otro grupo de conglomerado con idea torcida, con visión
azarosa, además de podrida, queriendo empeorar la situación, solo por
consolidarse como el “chupa-medias”, faltaría más que sean los “chupa-calzoncillos”
de aquel ser, ahora de oscurantismo nacional.
El gran
monarca del narcotráfico en Bolivia, aliado con sus pares de países vecinos,
cinco, en específico, a quienes los llama socios de su ideología, claro, es una
corriente relacionada con el narcotráfico seguramente; antes con saco y símbolo
ancestral en su pecho él, por fungir de gobernante durante muchos años; ahora
con polera de cuello V, color blanco, azul y raya negra. Colores que de algún
lado robó, es su escudo para intentar esconder además sus fechorías salientes a
la luz de los ojos de quienes no creían ver ese lado horripilante en él.
Y el actual
gobernante perdió capacidad de gobernar, perdió poder de decisión ante esta descaminada
situación provocada por aquellos grupos radicales que defienden a su líder de
la trata y tráfico de menores, además masón del narcotráfico perpetuado en el
trópico cochabambino; de tal modo que sus gobernados, una nación entera también
queda bajo la tutela descontrolada de intereses sin discernimiento ante esta
falta de gobernabilidad, sin poner en medio la capacidad de reflexionar
primero, enfrascados en su libre albedrío por encima de principios humanos,
embotellados en lo incorrecto, haciendo valer sus caprichos apresurados, éstos,
vacíos a la vez. Es penoso ver a sus gobernados bajo la tutela de su libre
albedrío, como ovejas sin pastor, o hijos sin padres; peor aún, familias sin
hogar ni identidad de nación libre de penurias.
Es
lamentable ver a hombres y mujeres con pérdida de valores, es penoso ver a
jóvenes con pérdida de principios, caminantes como zombis a la deriva, al final
terminando en la deshumanización total desde diferentes esquinas, con distintos
calibres de penetración. A la par de esta realidad, también es triste ver a
padres que han perdido el control y autoridad sobre sus hijos, al punto de
dejarlos bajo la tutela de un diminuto aparatoso aparato, aquel artilugio que
ha tomado el control de sus acciones vacías incluso de los más pequeños dentro
de la casa.
Al
final, estas manifestaciones, ya sean de conglomerados radicales o grupillos
con visiones torcidas, incluso alrededor del globo terráqueo, no son otra sino
las señales del fin de la humanidad, está plasmada en las Sagradas Escrituras
que esto tenía que ser así; se está cumpliendo a cabalidad.
El
calentamiento global es evidente, al igual que las manifestaciones
catastróficas de la naturaleza desde diferente ángulo, esto por obra y manía
insensata del “hombre moderno”; ya nada es lo mismo como cuando fue hace
cincuenta años, cuando todavía la armonía comunicacional era sagrada al
amanecer, por ejemplo.
Hoy en
día creo que los perros se comunican mejor que los hombres, los gatos se
interrelacionan mejor que sus dueños. El vuelo de un ave, aunque también
afectada esta, es mejor que el propósito devorador humano.
Es
lamentable ver a naciones enteras enfrascadas en afán de dominio por seguir
devorando hasta que lo que comen se les salga por las narices, y por no lograr
esos propósitos inician conflictos, arman revueltas sociales, convulsionan
conglomerados, mueven masas humanas para seguir alimentando simplemente sus designios.
Y ni aún con eso, al no llegar a la cúspide de esos propósitos, inician las
guerras fratricidas de una contra otra nación, como la que está sucediendo en
la actualidad.
O como
el que está sucediendo en Bolivia en este preciso momento, la ambición de uno,
un solo individuo haciendo pelear pueblo contra pueblo, de manera sistemática,
sin discernir las consecuencias que se vendrán de inmediato, secuelas todavía
más devastadoras en el campo económico, por ejemplo.
Entonces,
para amortiguar estas realidades seamos más conscientes de nuestras
pretensiones, no seamos autómatas, evitemos dejarnos llevar por impulsos
azarosos, por decisiones precipitadas solo por el calor del momento; y una vez
más, seamos más conscientes de nuestras propias acciones; solo así podremos
sacar de la deriva a nuestra Casa Común, nuestra Morada Azul. El
poder está en nuestras manos, un cambio insignificante en nuestras acciones
diarias pueden ser la clave para ver un mundo diferente, la sonrisa en un niño,
la alegría en un anciano, la fortaleza enérgica y su sueño vivo en un joven.
Estoy
seguro que, eso sería parte del consejo de aquel gran hombre, o aquella gran
mujer descritos en mi libro “En la hacienda de don Pedro”. A
pesar de todo lo que ahora a mí me toca ver, a mí me toca palpar, todavía no
pierdo la esperanza de ver a mi país con las ventanas abiertas hacia la
integración soñada por mi personaje de aquella historia.
Es mi
mayor deseo, ver a mi país libre de hombres perversos, libre de ideales podridos
como el de aquel individuo empedernido; rechazando todo acto macabro no solo
del hombre contra el hombre, sino el mayor accionar lúgubre en contra de la Casa
Común en la cual habitamos. Repudio todo intento de desorden social. No me
queda más que ser paciente en este momento, tratar de conservar al máximo mi Paz
Interior, mantener mi alma serena, conservar en calma a mi espíritu
visionario, guardando distancia al máximo de aquellos que fueron contaminados
por apetitos de poder sobre otros.
Son
menos veinte para el vuelo seis uno tres (613), la operadora del aeropuerto
acaba de anunciar que deben abordar dicho vuelo, debo hacerlo. Entonces te dejo
reflexionando desde donde me lees. Será hasta otro momento.
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