Entre versos forajidos me encontré, al final cada uno de ellos acaricié

Entre versos forajidos me encontré, al final cada uno de ellos acaricié

En mis manos han caído los versos más extrovertidos que jamás antes había leído, por no decir pervertido, que no es cosa mala si se lo toma “por el lado amable” como diría Peterete. Y es hoy que con cada uno deleitarme he podido. ¿Rogar a uno no entregarse a la muerte?
¿Cuál sería el motivo más grande para hacerlo? La muerte nos persigue a veces a escondidas, en silencio, a veces como sombra de un alma empedernida, que a pesar de ser así siempre es débil en algún momento. ¿Cuántas veces hemos sido perseguidos por éste fenómeno sin pesquisa a reflexionar? Personalmente muchas veces la he buscado hasta haberme topado, pero esta me decía que todavía no era mi hora, aunque yo quería que ya fuera por no soportar dolor en mi pecho.

La lujuria, el placer, el deseo desenfrenado, sería lo último que se puede ofrecer a un ser amado para que no se entregue a la muerte, al menos eso da a entender el autor de estos versos de desenfrenada pasión. 

Pene grande encorvado, es lo que nos muestra lo virilidad de un macho, hombre ser humano de verdad, para consumar lo sagrado del amor, del deseo carnal, cual muchas veces se convierte en un dogma oculto, en un espécimen frío, en un tabú; pero el autor nos muestra que todo eso, a través de los versos que nos presenta se pueden romper, dándole un poco más de vida e imaginación a cada estigmatismo pasional.

Estimado amigo, un placer fue leerte, ya que cada verso para mí fue un deleite, para mis instintos varoniles, un presente, y mucha imaginación fugaz en mi mente.

Atte.:

Efrain Muyurico Alaka

Poeta y escritor antagónico ermitaño independiente.