Mi paz, no está en paz

 Mi paz, no está en paz

Estos días, mi paz interior, mi alegría rebosante fue perturbada inesperadamente.

Cuando llego de mi viaje, me entero que mi fiel amigo había sido envenenado, no pudo escapar de esa tragedia y falleció.

Ayer, cuando fui a despachar un lote de libros por encomiendas en la terminal de Cochabamba, de por sí sentí una corazonada de que algo pasaba en casa, sentí una opresión en mi pecho, un cansancio inexplicable en mi ser, traté de tranquilizarme. Retorné a casa, y al entrar por la puerta principal, encuentro a mi gatita que se retorcía agonizante, se había envenenado también.

No pude salvarla, fue triste ver su partida al más allá.

Me pregunto: ¿quién gente mala puso veneno cerca a mi casa? ¿O qué es lo que pasó?

Con esto se acabaron mis mascotas, no hay más gatos ni más perros en casa. Por algo será; pero todavía no puedo superar la tristeza de esa pérdida. Hermosa gatita que me acompañó por más de siete años, y el perro que iba por el cuarto año de acompañarnos. Solo me consuela un poco lo que alguien me dijo: "la justicia divina juzgará a aquel quien hizo esa maldad".

Hago una pausa, respiro profundo en este amanecer y, les comparto esa triste situación, que espero entiendan mi. . .