Versos sublimes de:
Vanessa Ligia Giacoman Landivar
(Poeta y narradora
contemporánea boliviana)
Hierro forjado
Te amo, aunque lo diga
con la boca rajada,
Aunque el daño se
acomode entre los dientes como un clavo torcido.
El silencio es
quirúrgico, filoso,
Los actos caen como
rosas en la loza fría.
No le temo a la
carretera si tu sombra la parte en dos,
Pero también sé
soltar, abrir la mano,
Verte flotar como un
globo al que nadie ató bien.
Busco el calor de tus
ojos dormidos,
El café humeante, la nostalgia de un antojo mordido a la mitad.
Pero el conjuro se
apaga como un fósforo mojado,
Los pasos encogen, la
luz se queda corta.
Y el silencio… el
silencio es un golpe en seco,
Más que un beso cuando
alguna vez fuimos incendio.
_____*_____
Reptiles
Es tu resplandor un
fósforo en la bruma,
Un incendio mudo en la
médula del invierno.
Las flores —ojos y
lácteos— parpadean en su órbita convexa,
Planetas desnudos en
el útero de la noche.
Se abre un umbral:
negrura plegadiza,
Un párpado cosido con
hilos de neón.
Callado como el grito
soterrado de la aurora,
Como la sangre cuando
suelta su hilo en el agua.
Es real el mundo al
revés,
El espejo ahogado en
su propio azogue.
Ahí, una niña repta,
Su espina es una
hilera de luciérnagas muertas,
Su boca, un eco de
madres devoradas.
_____*_____
Atravesaste otro
puente, y me abandonaste suspendida en el aliento vacío del alba. Los ciervos
no se repliegan sino ante el gruñido abisal de la fiera. Un padre inclina la
frente ante el aleteo agonizante de las mariposas, mientras la madre sorbe el
néctar silente de su hija. Si mi verbo ha mutado, si ya no es sino un himno
marcado, es porque el pulso del dolor ha sellado su edicto irrevocable.
_____*_____
Versos esquivos
Los poetas ostentosos
fenecieron y no. No lo supe. No hubo óbito ni rito: los candelabros
enmudecieron, el cadáver fue un eco oblicuo, deshuesado de sombra. Fueron sus
versos los que expiaron la asfixia, agónicos, exánimes, disueltos en la mórbida
alucinación de una conciencia crepuscular.
Nunca comprenderé ese
páramo escindido que los vuelve acerbos, como un poema hundido en la gangrena
de su propio verbo. No hay poesía en los ostentosos que desuellan la noche con
ladridos de espurio abandono: sus bocas son lápidas, su lengua un palimpsesto
usurpado. Violan la verdad con la meticulosidad de un ciego que estrangula su
reflejo. No anhelan lo que ignoran, ni ignoran lo que anhelan.
_____*_____
Puntualidad
El reloj muerde con sus
fauces de cristal,
Hincando su dominio en
mis muñecas,
Un lobo de entrañas
áureas,
Jadeando segundos en
mi oído.
Siempre pensé que
decir la hora
Era erigir una jaula,
Un filo herrumbroso
que hiere la piel,
Un grito voraz
Insaciable de tiempo.
¿Quién forjó los
números,
Las manecillas
sumisas,
Las campanadas que nos
convocan
Como perros
domesticados?
Pero yo descifré el
artificio.
El tiempo es un
cadáver en descomposición,
Una eternidad que
supura
Cada vez que miro la
hora.
_____*_____
Irremediable
(En
memoria a mi amigo Joaquin Valdivia)
Triste el camino,
Inerme en su cadencia
de ocaso.
Siempre lleva a la
muerte,
A ese umbral donde la
osamenta del tiempo
Se deshace en letanías
exangües.
No hay regreso para
los que estamos vivos,
Somos errantes de un
fulgor extinto,
Náufragos de una
vigilia crepuscular.
El alba es un engaño,
Una cicatriz que emula
la luz.
_____*_____
Cicatriz
Se hizo añicos tu
alma, un cristal astillado en la penumbra.
No hay arcanos detrás
del velo; solo túneles de sombra, un letargo hueco.
La nada, un bálsamo
impasible, una caricia fría.
Se quebró tu albedrío,
estrangulado por el filo del dolor,
ese artífice insidioso
que urdió su trampa de seda y óxido.
Maldito sea, ese
tormento larvado, reptando en lo hondo.
Ahora cierras tu
última sílaba,
te disolverás en el
aire como un eco que olvida su origen.
Tus deseos, un osario
de espectros;
tus anhelos, aguas
detenidas en la garganta del tiempo.
Tus manos, lirios
mustios en la tierra indiferente.
La soledad resuena en
su tumba vacía,
ya no hay senderos que
te sostengan;
las rutas han sellado
sus labios.
La noche, insaciable,
grita tu nombre con dientes de viento.
Hoy, al fin, dormirás.
Alzarás la angustia
como un estandarte roto,
te ofrendarás a lo
marchito.
Las campanas doblarán
su sentencia por ti.
Silencio.
El hilo de la vida se
ha desgarrado.
_____*_____
Exilio
Poseo el llanto
intacto
Y el llanto arrancado:
Uno como un párpado,
El otro como un clavo.
De lo que me negaron
Fui la sepultada:
Poseo el llanto
intacto
Y el llanto arrancado,
Y estoy hueca de
sombra
Y de ceniza blanca.
¡Oh, qué fiel es el
párpado
Y qué cruel el clavo!
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