Por siempre seré
El resiliente
¿Cuántas veces he caído? ¿Cuántas más me faltan para levantarme y ser justo? Perdí la cuenta, los números se entremezclan en mi consciente, por eso otra vez me pregunto ¿Cuántas más debo registrar para no llevar el título de «impío» por caer en el mal, si es que así fue? De sorpresa en mi caminar vespertino me encontré con este proverbio: (Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; Mas los impíos caerán en el mal. ‘Proverbios 24:16’). ¿Acaso fue escrito para mí? Me quedo quieto a mirarme a mí mismo. Es cuando…
Desde que tengo uso de razón, desde que aprendí a manejar mi cognición en cada amanecer, tenía que ver a un monstruo con máscara vociferando o golpeando, en cada mediodía o anochecer me tocaba sentir temor al verme frente a una bestia sin cuernos, sin cola, tan solo de dos patas, listo a querer abalanzarse sobre mí, o sobre mi hermana menor. Por más de tres décadas, a mi madre la mantuvo bajo su dominio aberrante, enmarcado en sus caprichos torcidos sin consideración, sin reflexión, principalmente sin visión de familia.