Santa
Cruz, 19 de julio del 2018
A quien corresponda:
Ref.: Declaración y aclaración escrita a la denuncia interpuesta en mi contra
por presunto comisión de delito “Violencia familiar o doméstica” y “robo”.
Caso Nº 453/2018, presentado
en la EPI 3, del Plan Tres Mil.
Me presento con esta
declaración y aclaración escrita ante su autoridad, no para entorpecer la
investigación, sino para corroborar con ella de manera voluntaria, porque no
hay nada que esconder, sino que salga a la luz la verdad.
Conozco la denuncia
que fue interpuesta en mi contra y la de mi madre por presunto delito de “Violencia
Familiar o Domestica” e inclusive de “Robo”, he leído el informe Psicológico y
Social de quien me denuncia, ya que es la base para interponer y determinar el
presunto delito. Sin embargo, hay irregularidades y contradicciones en dichos
informes especialmente del entrevistado quien me imputa por los presuntos
delitos mencionados anteriormente.
Cito en el informe
psicológico:
“ellos (denunciados) viven en Cochabamba, querían sacar mis
documentos del auto y de la casa”;
el problema parte de ahí, en Cochabamba, él y mi madre tienen bienes en
común en Cochabamba y en Santa Cruz, además de un Camión Isuzu color azul,
modelo 85,
para comprar ese camión fue mi madre que puso el capital allá por los años
2013, pensando que con eso mi padre aportaría a la economía de la familia, con
el pasar del tiempo no sucedió eso, a tal punto que llegó enero de 2018, es
cuando mi padre comenzó a presentar cambios de conducta, provocación contra mi
persona, contra la de mi hermana y mi madre; a la fuerza quería hacernos entrar
en ira, en discusión por todo y nada. A tal punto llegó un momento en que dijo:
“voy a llevar el auto a Santa Cruz, voy a
venderlo allá”, entonces mi madre al oír eso reclamó: “¿Cómo que ir a
venderlo? ¿Piensas llevar solo? ¿acaso no hemos comprado los dos?”. Años antes a
2013 mi madre fue convencida para que comprara un taxi Probox, pensaba que con
eso mi padre aportaría a la economía de la familia, cosa que no sucedió, más
bien trajo más conflictos en el hogar, a tal punto en que llegó un momento en
que mi padre solo vendió el taxi y el dinero de lo vendido lo hizo desaparecer.
Al recordar esa situación
mi madre en el mes de enero del presente año le reclama, de cómo va llevar solo,
que si va a vender, vayan los dos y ella recupere el capital invertido. Mi
padre no quería que mi madre le acompañara; para entonces ya nos había hecho una
provocación en casa en Cochabamba, aquello que se desató en violencia familiar,
él la amenazó a mi madre de hacerla desaparecer, de echarla de la casa sin
nada, al igual que a nosotros sus hijos, nos gritó diciendo que no teníamos
derecho a reclamar nada porque nada estaba en nuestros nombres, que todo estaba
solo en nombre de él, y él podía hacer lo que quiera con eso. Ese tipo de
amedrentaciones venía desde años anteriores, a tal punto que en el mes de enero
se agravó, y se sentó la denuncia correspondiente a instancias pertinentes, fueron
los días también en donde me puse mal y fui al hospital a ser tratado.
Mi padre se dio
cuenta que lo hemos denunciado y por eso, con más razón quiso viajar a Santa
Cruz con el pretexto de vender el camión y otras cosas, y el día que tenía que
partir allá, no sé de cómo se me ocurrió revisar los documentos que estaba en
su poder listo para llevar a Santa Cruz, entre ellos se encontraba los papeles
de la casa de Santa Cruz, los papeles del camión y lo más interesante, los
títulos de los terrenos que tienen en común, cuyos títulos estaban con otros
documentos en poder de mi madre. Me pregunto: ¿Para qué él estaba llevando los
documentos de la casa y terrenos de Cochabamba a Santa Cruz? ¿qué tenía que ver
los documentos de un lugar con otro lugar? Fue el motivo para retener los
papeles de la casa de Cochabamba junto con los del auto, él por su gusto sin
dialogar con mi madre no podía seguir haciendo las cosas, ya era mucha maldad,
mucho atropello, y mi madre denigrada como siempre.
Sin esos documentos
él se fue a Santa Cruz, pero a sus una semana regresó con disimulos, diciendo
que se había olvidado los documentos del auto encima la mesa, entonces mi madre
enojada le preguntó que ¿para qué estaba llevando los papeles de la casa que estaba
en manos de ella? ¿Qué pretendía? Él balbuceó, no supo dar respuestas claras.
Al final mi madre decidió viajar con los papeles del camión en mano, para que
juntos puedan venderlo en Santa Cruz, porque el objetivo de mi padre era eso,
venderlo el camión; ya ambos estando en Santa Cruz por dos semanas, mi madre me
llama preocupada diciendo que los papeles del auto que tenía en su poder habían
sido cambiados por otros que no sirven, y durante esas dos semanas mi padre lo
entretuvo a mi madre. De inmediato viajé a Santa Cruz para evidenciar los
hechos; y vuelvo a citar lo que dice en su entrevista Psicológica: “mi hijo (denunciado) sacó la placa del
auto, la llave del auto, lo sacó y después mi licencia de conducir también lo
sacó y todo lo había encontrado mi celular también se lo llevó mi hijo
(denunciado), entre los dos con mi mujer (denunciada)”. Claro que yo lo
saqué todo lo que señala, la placa del auto, la llave, la licencia, el celular.
Y bien claro le dije a él, —hasta que le regreses los documentos que estaban en
poder de mi madre, le regresas todo y yo te devuelvo todo— le dije —bien claro
era el objetivo, vender el auto, y eso se debe hacer, aquí no te hagas a los
locos y cambies de parecer, y si se va a vender el auto, tienen que hacerlo
entre los dos con mi madre, tú solo no puedes vender, porque mi madre puso el
capital— le exhorté. Para entonces ya lo había hecho desaparecer los papeles de
la casa de Santa Cruz y los del camión, hasta ahora no se sabe dónde está, con
quién está.
En ese momento yo le
pregunté —¿Dónde están los papeles de la casa? ¿Dónde están los documentos del
auto?—. Él contestó que nada de eso ya estaba en casa, que todos habían sido
llevados a casa de un amigo, entonces le exigí que llamara a ese amigo para que
de inmediato trajera los documentos, —¿Dónde está tu celular? Llamale ahorita y
que traiga— le dije, —ni mi celular no está aquí, todo está donde ese amigo— me
contestó. Sin embargo he encontrado dos celulares en el cuarto, y le pregunté:
—¿y esto? ¿acaso no es tu celular? ¡llámale!— le insistí —no sirven esos
celulares— me respondió. Fue también el motivo para que pudiera retener los dos
celulares que según él no servían.
Él alega que le hemos
insultado, cito: “eres vos un perro,
lary, eres un bruto”; si, le dije eso y más, le dije —eres un zorro, astuto,
siempre te has aprovechado de mi madre, todo el tiempo has sido mantenido por
ella, pero esta vez no te vas a salir con la tuya, malagradecido—. Fueron
momentos de discusión y afrenta, con motivo, con razón. Y él cómo me trataba
desde antes, me trataba de zonzo, de vago, de delincuente, de pandillero, cuando
aún estuve en etapa de colegiatura, solo deseaba verme muerto, deseaba que me
mataran como a un perro, me lo decía muchas veces con veneno en sus palabras.
Denuncié en su momento, pero las autoridades hicieron poco, casi nada. Y ahora
él me acusa de haberle insultado, incluso de haber querido pegarle, cito: “me querían pegar mi hijo y mi mujer”, “me
querían dar con palo mi hijo”; debo aclarar que en ningún momento he
agarrado un palo, en ningún momento yo quise pegarle como él alega. En ese
momento yo le exigí que llamara a ese amigo para que trajera de regreso los
documentos, cuando estuve por entrar al cuarto para buscar su celular para que
le llamara, fue cuando él me agarró de la camisa y mi brazo, no quería que entrara
al cuarto, ahí hubo jalones, en ese instante hasta mi madre intervino queriendo
separarnos y calmar los ánimos. Repito, yo solo le exigí que llamara a ese su
amigo por celular, para que trajera de regreso los documentos, y él no quiso; y
ahora que diga que le queríamos pegar en ese momento, ¡hasta con palo!
Totalmente falso.
Más adelante él sigue
alegando, cito: “a veces toda la noche
regaba sin dormir”, el cultivo de la tierra es una vez al año, no son todos
los días, y él es lo mínimo que podía hacer a duras penas, a mucha exigencia, y
si lo hacía, jamás fue de buena voluntad. También dice: “yo todo le daba a mi familia”, totalmente falso, él nunca ni un
peso ni medio peso nos dio, ni un pan duro siquiera; el sacrificio en el hogar
fue a la cabeza de mi madre desde que nosotros éramos muy pequeños, la
ayudábamos junto con mi hermana que es inclusive seis años menor que yo todavía.
Sigo citando más
adelante, y dice: “el auto lo compré en
Cochabamba, yo compré ese terreno en el Barrio Urkupiña, hace unos 10 años más
o menos”, debo recalcar que son bienes en común con mi madre, para comprar
ese auto que señala, mi madre puso el capital y él se aprovechó haciendo el
traspaso solo a su nombre ahora para que diga que él lo compró. Lo mismo que el
terreno en el Barrio señalado; mi madre invirtió para comprar dicho lote, yo me
acuerdo que cada cierto tiempo aquellos años, le hacía girar dinero mediante el
banco para pagar y tramitar títulos de propiedad de dicho lote, cuyos títulos
que al final salió también solo en nombre de él y con eso ahora diga que es suyo
solamente.
Bien claro señala más
adelante en su entrevista y cito: “yo no quiero
separarme porque yo solo qué voy a ser”, no hay dónde perderse con esa
declaración, él por sí solo no va a poder hacer nada, como nunca lo hizo,
siempre dependió de mi madre y, ahora teme a padecer si mi madre se separa de
él. Sigo citando: “Trabajábamos y
teníamos negocios”; mi madre tenía y aún a la fecha tiene un pequeño
negocio en uno de los mercados de la ciudad de Cochabamba, ¡mi madre!, no él.
Hay muchas
contradicciones en sus declaraciones de mi padre, quien primero dice una cosa, luego
otra, señalo lo siguiente: “pero ahora el
daño que me han hecho, yo tengo que salir a trabajar con mi camioncito”;
repito que no es su camioncito, es un bien en común con mi madre. Y si ese
camión llegó a Santa Cruz, fue para ser vendido, no para que trabaje, incluso
para eso se le hizo mantenimiento general correspondiente y repintado en la
ciudad de Cochabamba.
Él reclama que se le
devuelva sus pertenencias, licencia, placa, llave del auto, celulares. Bien
claro he hablado con él esa fecha, que se lo devolvería todo, siempre y cuando
él también le regrese los documentos que estaban en poder de mi madre, que le
regrese todo y que se venda el camión, ya que esa fue la finalidad de su
respectivo mantenimiento en la ciudad de Cochabamba. Bien claro él señala que
trabajaba y tenía negocios, luego dice que no trabaja; es una de las
contradicciones que presenta él como victimado. Luego alega que de alquiler
gana, Señalo: “aquí en la casita tengo
inquilinos, alquiler me gano”, debo repetir que la casa en Santa Cruz no es
de él solo. Debo repetir también que él nunca aportó a la economía de la
familia, nunca nos dio aunque sea para una mañana de desayuno, o un mediodía de
almuerzo, o una tarde de cena, nunca; todos los sacrificios fueron de mi madre,
fue de nosotros sus hijos; apunto lo que él dice ya casi en el final de su
entrevista: “el auto mismo hay que
mantenerse sus repuestos, sacar soat, con lo que yo juntaba en eso no más yo lo
gastaba”; eso es su argumento de no haber aportado a la economía de la
familia y no es el correcto a mi punto de ver.
Ahora me voy a la
observación conductual en la evaluación Psicológica.
No necesito ser
psicólogo para dar mi opinión con respecto a este aspecto. Sin embargo ahí
señala que a él se le observó preocupado,
cansado, y triste, emocionalmente afectado. También más adelante señala que
en su aspecto físico viste ropa e higiene
desaliñado.
Él es así, cada que
se encuentra en una situación de conflicto, provocado por él mismo, se
transforma en lo que señala la observación conductual, se hace ver a sí mismo
apesadumbrado, quiere que tengan pena de su aspecto, quiere hacer aparentar que
sufre, que siempre fue sufrido; es su modo de evadir las responsabilidades que
pesan en él, es la argucia que ha utilizado muchas veces inclusive cuando yo
personalmente también lo denuncié por violencia y agresión ante la policía y él
al presentarse se hizo hasta el enfermo como ahora también. Sobre él pesan
cargos por violencia familiar en Cochabamba y se le investiga, y él para evadir
toda esa investigación se vino a Santa Cruz como refugiado y para el colmo,
contrademandándome con falso testimonio. Pido a las autoridades a cargo del
caso señalado, hagan su trabajo con responsabilidad, no se dejen engañar con
apariencias, a veces creo que no es correcto tratar de defender al Diablo por
sus obras macabras, sabiendo que esas obras hicieron mucho daño a la humanidad
y, el Diablo quiera tapar con un dedo todo lo malo que hizo para que al final se
transforme en víctima de sus propios actos y las autoridades quieran justificar
eso.
Quiero contrarrestar también el Informe Social a grandes rasgos:
Apunto: “su relación
con su esposa fue buena durante 22 años”; totalmente falso, él nunca demostró
bondad hacia su familia, nunca hubo un trato bueno ni hacia su esposa, todo el
tiempo la mellaba, la denigraba, le faltaba el respeto incluso utilizando adjetivos
irreproducibles. Es interesante que él
haya sufrido agresiones psicológicas, y nunca haya denunciado; nada más
equívoco, las agresiones fueron más bien
de él hacia nosotros, agresiones físicas, psicológicas y económicas y ahora,
violencia patrimonial más, quiere ser dueño de todo, amenazando de echar a la
calle incluso a mi madre, porque todo está en nombre de él; la violencia era
constante de él hacia nosotros, contar todo se haría voluminoso, prefiero
adjuntar documentación.
Él en su entrevista
social señala, que habían viajado a Santa Cruz con el propósito de vender el
camión, aspecto que contradice en el informe psicológico, luego señala
que no habían podido vender el camión, y eso había molestado a la denunciada. En
ese punto hay un aspecto para tomar en cuenta, y es que el denunciante la
entretuvo a la denunciada con respecto a la venta del camión con sobreprecio,
ahí mi madre se dio cuenta que él no estaba con ganas de vender el camión como
se había acordado en la ciudad de Cochabamba, su intención era solo recuperar
los papeles del mismo que estaban en poder de mi madre, al final logrando
hurtarlo, y fue la detonante para que sucediera lo que ocurrió más adelante.
El informe social
también dice que él había sido agredido psicológicamente con palabras
irreproducibles y amenazas. Lo que se le dijo fue lo que señala en el informe
psicológico, y no son palabras irreproducibles; bien claro le dije: “regrésale los documentos y te devuelvo lo
que está retenido, mientras no le regresas lo que estaba en manos de ella, yo
no te devuelvo nada, y que se haga lo que tiene que hacerse, venderse ese
camión, ya que para eso fue traído aquí”; que esas palabras sean tomadas
como amenaza, me parece erróneo.
Quiero observar, que
no vivimos ni él vive en Santa Cruz, solo hay una casa con tres cuartos y viven
inquilinos; nuestra residencia tanto como de él y nosotros es en la ciudad de
Cochabamba, como el Informe Social mismo señala; es erróneo que diga que por
motivos de negocio él se encuentra viviendo y más erróneo todavía que
señale que es en su vivienda propia en Santa Cruz. Dicha vivienda es un bien
en común con mi madre, ¿acaso debo repetir una vez más eso?
Con todo lo
mencionado anteriormente, pido a la autoridad pertinente que él regrese a
Cochabamba y enfrente los cargos que pesan en su contra, que se defienda; y
esta denuncia en mi contra lo interpreto como contrademanda y obstaculización a
la investigación que se le sigue, además le adjunto toda la documentación legal
para demostrar que él está con imputación formal seguido por el Ministerio
Público. También le adjunto un libro cuyas páginas narran todo el calvario que
hemos vivido desde el momento en que yo he nacido, incluso el intento de
asesinato que él osó en mi contra, lean ese libro, y entérense a qué tipo de
persona le están buscando hacer valer sus derechos, por encima de los derechos
de mi madre.
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