Mi buena y por años desaparecida Silegul
Recordarás que a modo de abreviación así me placía llamarte «Silegul», porque pronunciar «Silegulaurita» era muy tendido, y me acuerdo que te gustaba que te llamara así; ¡qué tiempos aquellos! ¿no es verdad? Entonces te darás cuenta quien te envía esta correspondencia.
De ahí aquí han transcurrido muchísimos años, para mí, una eternidad, un recorrido sin final ¿sabes? Siempre quise volver a saber de ti, muchas veces te busqué por lugares donde frecuentábamos, aquella plaza, la esquina de las palomitas de maíz aquel atardecer, ¿recuerdas aquella rotonda cerca de donde vivías? Ahí me consolabas, me animabas; ahí volví a buscarte y no te hallé, muchas veces solo me senté en esos lugares para consolarme no con otro sino tus recuerdos que los mantenía vivos cuando mi corazón se encontraba triste, o mi ser en penuria, cuando solo necesitaba un abrazo, uno en especial tuyo.