En tu ausencia existencial
Es extraño sentirte
lejos, muy lejos de alcanzarte;
pero ¿Me creerás? lloro tu ausencia,
sin saber quién, ¡ni cómo eres!
Es extraño sentirte
lejos, muy lejos de alcanzarte;
pero ¿Me creerás? lloro tu ausencia,
sin saber quién, ¡ni cómo eres!
Camino en la
vereda de la tristeza,
paso por el
río de la melancolía,
llego al lago
de las lágrimas,
donde mi alma en agonía se derrumba.
Mi paz, no está en paz
Estos días, mi paz interior, mi alegría rebosante
fue perturbada inesperadamente.
Cuando llego de mi viaje, me entero que mi fiel amigo había sido envenenado, no pudo escapar de esa tragedia y falleció.
Después de un par de años, en haber hecho una pausa en mi recorrido con los libros, por situaciones que casi me desvían de este camino maravilloso, me siento muy feliz de haber regresado por aquellas regiones andinas del país; primero fue Oruro, luego Potosí y, finalmente, Llallagua; lugares donde el calor humano es acogedor, regiones donde la hospitalidad es de ponderar; en esta oportunidad quiero resaltar el esfuerzo que se hizo para llevar adelante actividad de esta naturaleza, a las que las autoridades le dan poca importancia. En algunas regiones, hasta no quieren ni que se lea un libro y, decomisan bajo la consigna de que no es permitido.
A un día más de un año, sucedió algo insólito, un hecho repudiable que cometieron las autoridades municipales de aquel entonces, en mi contra; aquel 03/10/2020, del que ahora me gustaría hablar mucho, a la vez, nada; porque al final he entendido que hablar de ellos, es como hablar de "PERROS DOBERMÁN", entrenados para agredir al indefenso. Digo eso porque además en aquella oportunidad, estuve en una situación delicada de salud, a días de hospitalizarme; a ellos les valió un... comino. Me mordieron como esos perros DOBERMÁN sin amo.
Recuerdos imborrables
Hoy, después de un poco más de dos años de haber editado este vídeo cuando estuve en pleno viaje, es que reabro, y de inmediato despierta esa nostalgia de aquellos gratos momentos. Recuerdo aquel sábado, 27 de julio de 2019, quise que ese día fuese especial, pensando en ella, y es cuando le dediqué ese vídeo, enviándole por medios digitales, claro que le agradó y se sintió feliz en ese momento, porque sería algo que nos mantendría unidos y en comunicación, porque estábamos distanciados por factores en la que nos estábamos organizando para formar un hogar, una familia, un porvenir en pareja, con el niño que para mí fue como si fuera mi proprio hijo, lo vi así, los amaba a los dos, tanto a ella como a su hijo.
Todavía recuerdo aquel 1 de agosto de 2010, sería un viaje exploratorio al lugar de mis orígenes, al lugar donde nacieron y crecieron mis tatarabuelos y abuelos, también aquel de quien llevo en mis venas su sangre, lamentablemente no merece que le llame padre. Recuerdo que de esos lugares remotos me trajeron para la ciudad cuando apenas tenía 4 años y, desde ahí no volví si no es hasta cumplir 24 años en 2010, o sea, de 20 años estaba regresando; aquel año, la inquietud del viaje sería en busca de respuestas a ciertas inquietudes que me tenían intranquilo desde muy niño; claro que en ese viaje sucedieron muchas cosas no esperadas, aquellas que ya están escritas en el libro cuyas páginas narra mi historia, el libro simplemente titula: CON JUSTINA AL ALCANCE DE LA JUSTICIA.
Queridos amigos, hoy después de mucho tiempo regreso por estos lares digitales con una crítica distinta. Hace casi un año como estas fechas pude escribir un boletín literario sobre lo que pasaba en el país y el mundo entero, en el país específicamente, porque justo estábamos bajo un régimen de gobierno ilegal que en plena pandemia se estaba robando los recursos de las arcas del estado; en ese sentido iba la crítica, repudiando los actos vandálicos de aquel gobierno ilegal.