El acceso a nuevas herramientas de aprendizaje en edad escolar
La historia de la educación desde generaciones del siglo pasado e, incluso más antes a los tiempos en los que nos encontramos ahora, ha sufrido grandes transformaciones incluso inesperadas; ya que si antes teníamos que aceptar limitaciones de acceso rápido a información sobre un tema que nos daban como tarea a investigar, la principal manera era acudir a libros, periódicos, bibliotecas donde estaba la mejor información fidedigna.
Para muchos era un
privilegio acudir a las bibliotecas, ya que tras visitarlas, al día siguiente
en el aula comentaban, incluso con aires de sarcasmo, que habían leído un
articulo interesante en un libro menos pensado, o el periódico.
A la par que los
maestros tenían que escribir sus lecciones del día, en una pizarra fija en la
pared, con tizas de dos y hasta cuatro colores. Muchos seguro recordamos, que
cuando éramos estudiantes de primaria y/o secundaria, nos poníamos reglas en el
curso, a la cabeza de un representante que elegíamos como presidente. Y una de
esas reglas era por ejemplo: “Quien llegue tarde a clases, debe aportar una
moneda de 20 o 50 centavos, lo mismo que aquel que venía a clases mal
uniformado, la corbata mal puesta o despeinado, tenía que depositar su moneda
de valor antes mencionado.
La recaudación de
esas monedas servía para comprar justamente las tizas, y otros artículos de
enseñanza que hacía falta en el aula, además de las almohadillas artesanales
que teníamos que fabricar para borrar lo escrito en la pizarra fija. Cada
cierto tiempo aquella pizarra tenía que ser readecuado, porque perdía su
vitalidad para que lo escrito pueda leerse. ¡Qué tiempos aquellos! ¿No creen?
Los que jamás serán olvidados en la historia del hombre y, por qué no en la de
la educación.
De ahí aquí, las
transformaciones han sido gigantes, ya casi es difícil poder ver a un
estudiante de secundaria sentado en el pupitre de una biblioteca, revisando
información en un libro o periódico, por ejemplo. Ya que el encontrar esa
información está a la mano, al paso de hacer un click con el dedo. Aunque a
veces la información requerida no siempre es fiable en estos medios
tecnológicos; porque a la par de que hoy en día hay esa facilidad de acceso, también
hay hombres mal entretenidos, personas de mala fe, que manipulan la
información, especulan los hechos. Es la triste debilidad del que haya avanzado
a pasos agigantados, el acceso a mecanismos de aprendizaje moderno.
Los maestros del
ahora deben estar preparados para encaminar e ir de la mano con estos
adelantos, ya que si antes se usaba tiza y pizarra fija, hoy en día utilizan
las famosas pizarras acrílicas con marcadores de agua para escribir y, hasta
pizarras digitales en otras partes del mundo, en países más avanzados científica
y tecnológicamente.
El maestro del
ahora tiene que pensar y repensar que estos adelantos no darán marcha atrás,
por lo tanto y, más bien incursionar en los mecanismos de enseñanza moderna,
para el fácil aprendizaje y acceso a información fiable sobre lo que se quiere
saber. Si antes lo que se hacían eran los papelógrafos para exponer un tema,
hoy en día fueron sustituidos por las diapositivas, un ejemplo más para discernir.
Y el maestro debe abrir caminos para andar en esta nueva era.
Es el moderno
estilo de acceder a herramientas de aprendizaje y acceso a la información
necesitada, donde maestros y estudiantes juegan el rol de adaptarse a estás
realidades del siglo XXI.
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